¿Cómo sería el tiempo del
letargo? Mañana, tarde, noche, en un sinfín de días chirriantes de puro
oxidados, de pura vejez prematura, de tiempos desasosegados. ¿Qué sería del ser
aletargado? Perezoso, hastiado, quejumbroso, inmerso en un pantanoso baño de atardeceres
perdidos, de amaneceres adormentados, de mediodías aniquilados. ¿Qué sería de
ti? ¿Qué sería de mi? Si no hubiera primaveras ni inviernos; si siempre fuera
otoño o verano; si nunca soplara el viento de la risa o jamás llegara de la
lluvia el llanto... ¿Qué sería de nosotros? Estaríamos muertos.
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